Ana Abade, directora de Asuntos Públicos de Booking.com en España y Portugal
La adopción de la Agenda 2030 y sus 17 ODS se convirtieron en 2015 en un catalizador para la prosperidad; sin embargo, los avances se han estancado a raíz de la pandemia, la crisis climática y económica… Por eso, es necesario un nuevo ODS que permita acelerar los 17 restantes y que promueva un marco ético para la tecnología y el entendimiento entre las personas. Además, nos permitiría una aproximación holística y global hacia una comunicación sostenible.
No es una tarea sencilla, pero es fundamental crear espacios de diálogo seguros e inclusivos donde todas las voces puedan ser escuchadas y respetadas, independientemente de su origen, cultura o creencia. Las plataformas digitales juegan un papel fundamental, ya que actúan como puente para facilitar la comunicación entre personas y permiten intercambios de ideas e información a tiempo real.
Sería vital promover, a través de medidas público – privadas, un ecosistema informativo más resiliente y un contexto más propicio a la actividad periodística. Es importante, desde todos los estamentos, la protección de la libertad de expresión, el acceso a la información y la relevancia de la profesión. Sin embargo, es necesario también analizar el impacto real que la esfera digital está teniendo en la evolución de la profesión para poder adaptarse y sacar beneficio de las nuevas tecnologías.
Seguir educando a la sociedad es fundamental para combatir la difusión de este tipo de información, dar visibilidad a la existencia de este tipo de “noticias” y que los lectores puedan detectar qué contenido es falso y cual no. Para todos los lectores, es importante recordarles que hay que contrastar las informaciones con varios medios, evitar blogs y páginas no fiables, consultar al autor, comprobar el contenido…
De nuevo, la educación es clave para que todos los usuarios – profesionales y no profesionales – entiendan y apliquen una responsabilidad digital. El avance tecnológico ha transformado nuestra sociedad de muchas maneras, sin embargo, el uso de las redes sociales plantea una serie de dilemas éticos que debemos abordar de manera sostenible, comprensible y responsable.
Una colaboración estrecha permite avances en cuestiones de libertad de prensa, comunicación ética, responsabilidad digital… Las medidas no restrictivas, pero sí de información y educación ayudarán a erradicar prácticas tradicionales y obsoletas que pueden perpetuar patrones que dificultan la evolución.
Todas las empresas deberían tener una visión amplia de la diversidad, que incluya todas las características que un empleado puede usar para definirse a sí mismo. Crear un lugar de trabajo donde todos se sientan bienvenidos y capaces de sacar su mejor versión es un enfoque altamente gratificante y de vital importancia en cualquier sector.
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