En los últimos 15 años, la práctica de reporte de información no financiera ha crecido dramáticamente. Hoy, más del 90% de las 250 mayores empresas del mundo publican reportes de sustentabilidad (KPMG, 2016).
América Latina es una región muy activa en la publicación de reporte de sustentabilidad con GRI. Para dar una idea, nuestra región se posiciona como la tercera en liderar en cantidad de reportes publicados con GRI, luego de Europa y Asia.
En América Latina y el Caribe el primer año de publicación para el cual un reporte GRI fue registrado fue el año 2000. La Base online de reportes de sustentabilidad que promueve GRI registraba en aquel momento tres (3) reportes publicados. Las empresas brasileras y mexicanas fueron las pioneras en reportar, con Natura y PEMEX como las primeras en cargar sus reportes a la Base. Diez años después la base de reportes registraba más de 300 reportes en la región y más de 400 organizaciones reportando (GRI Sustainability Disclosure Database).
Por su parte, KPMG espera que con el tiempo las tasas de reportes de las 100 empresas más grandes alcancen los niveles de 90-95%, cifras que hoy vemos en el grupo de las 250 con mayor facturación. También se espera que los informes no financieros se conviertan dentro de algunos años en una práctica comercial requerida, sobre todo en el mundo en desarrollo. Uno de los impulsores de esta práctica serán principalmente las regulaciones.
Impulsores de los Reportes de Sustentabilidad
Uno de los drivers del crecimiento en la cantidad de reportes ha sido el impulso de la regulación. Sólo en 2016, GRI registró 400 instrumentos regulatorios en 64 países. El más destacado es la nueva regulación de la Unión Europea que entró en vigor en enero de 2017 y que actualiza normas ya existentes en materia de información no financiera (Directiva 2014/95/ UE). Esta nueva normativa busca ayudar a las empresas a revelar información no financiera relevante de manera coherente y comparable.
América Latina por su parte se está posicionando como líder en el impulso de la rendición de cuentas de las empresas a través de legislaciones. En Chile y en Perú, la Superintendencia de Valores ha impulsado leyes de reportes como anexos a las memorias financieras. En Bolivia, una nueva ley de la Autoridad de Supervisión de Entidades Financieras obliga al sector a presentar balances sociales e informes de RSE.
Otros impulsos provienen de las iniciativas de inversores y bolsas de comercio. El último informe de la iniciativa Sustainable Stock Exchanges analizó las iniciativas sustentables de 82 bolsas de todo el mundo y encontró que más del 70% ofrece al menos un índice integrando cuestiones sociales y/o ambientales. Además, el 15% de las Bolsas exige reportes de sustentabilidad a sus miembros y 11 de 14 bolsas hacen referencia a GRI (Reporte GRI 2015-2016).
En 2017 nuestra región se sumó a esta carrera con el anuncio de desarrollo de un índice de sustentabilidad para empresas de Chile, Perú, México y Colombia, promovido por el S&P Dow Jones Index, la Corporación Financiera Internacional (IFC), RobecoSAM y las bolsas de valores que forman parte del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA).
Tendencias para los próximos años
El proceso de reporte no es estático, este evoluciona en respuesta a nuevos desafíos globales, nuevas tecnologías y cambios en las expectativas de los grupos de interés. Por ello el GRI, junto a SustainAbility, establecieron el “Grupo Corporativo en Reporte 2025” para analizar las futuras tendencias en transparencia. Este grupo espera que en los próximos años aumente la cantidad de información sobre la cadena de valor de las empresas, donde hoy todavía hay graves problemas de transparencia.
Esto será impulsado por las nuevas regulaciones que buscan controlar la cadena de valor de las multinacionales, como el caso de la Ley francesa de 2017 que establece la obligación del deber de vigilancia para las empresas matrices y subcontratantes. Otros temas que GRI espera que tengan mayor desarrollo en el futuro son las cuestiones fundamentales de derechos humanos, y lucha contra el cambio climático.
Además se espera que las nuevas tecnologías de la información que faciliten el acceso a los datos y la información no financiera. Se espera que ésta sea cada vez más interactiva, con nuevos formatos y fuentes de información.
Las empresas deberán enfrentar una serie de desafíos en relación a estas tendencias, como por ejemplo hacer frente al “Big Data” en el marco de la información corporativa. Alrededor de esto gira el tema de la privacidad de la información y de datos sensibles y confidenciales; y también una necesidad de más herramientas analíticas para comprender mejor los datos y ofrecer más garantías de veracidad de la información.
*Artículo publicado en el Monográfico de Comunicación Responsable de Corresponsables.