Corresponsables ha entrevistado a más de 30 expertos, en su mayoría directores de Comunicación, de RSE y de Sostenibilidad de diferentes empresas líderes, acerca de la propuesta de añadir un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), el ODS 18, centrado exclusivamente en la Comunicación Responsable.
Esto, en un contexto de creciente complejidad del paisaje mediático y digital, con un panorama saturado de información y, a menudo, vulnerable a la desinformación.
El ODS 18 aspira a llenar un vacío crítico en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que, si bien cubren ampliamente aspectos como la educación, la salud, el medio ambiente y la igualdad de género, no abordan específicamente la infraestructura fundamental de cómo se comunican y se difunden estos temas críticos.
En un mundo donde las noticias falsas pueden propagarse más rápidamente que los hechos verificables, y donde la manipulación mediática puede influir en decisiones políticas y sociales significativas, un enfoque concertado y global hacia la Comunicación Responsable es más crucial que nunca.
Este nuevo objetivo no solo reforzaría los esfuerzos existentes para mejorar la calidad de la información y la educación mediática, sino que también establecería principios claros y universales para guiar la comunicación en todos los niveles, desde los medios de comunicación hasta las interacciones corporativas y personales.
Así, el ODS 18 podría servir como catalizador para asegurar que la comunicación en todas sus formas apoye el desarrollo sostenible y fomente una sociedad global más informada, inclusiva y justa.
A través de una serie de entrevistas con directivos de comunicación, RSE y Sostenibilidad de diferentes empresas líderes, se ha obtenido una visión amplia y profunda sobre las tendencias y desafíos actuales en el campo de la comunicación y las relaciones públicas en España. Estas son algunas de las conclusiones extraídas:
Los entrevistados concuerdan en que un nuevo ODS dedicado exclusivamente a la comunicación podría servir como catalizador para el cumplimiento de los otros 17 ODS. La propuesta de este nuevo objetivo enfatiza la necesidad de garantizar que la comunicación sea eficaz, ética y responsable, al tiempo que se reconoce su papel fundamental en la movilización de la sociedad hacia objetivos globales como el desarrollo sostenible, la equidad y la justicia social.
El 60% de los entrevistados enfatizan la importancia de la transparencia y la ética en la comunicación, mientras que el 40% se centran en la necesidad de actualizar y acelerar los ODS existentes a través de la Comunicación Responsable.
Existe una creciente preocupación por la proliferación de noticias falsas y desinformación, que afecta la percepción pública y la confianza en los medios. Los entrevistados destacan la importancia de la educación mediática para enseñar al público cómo identificar fuentes creíbles y desconfiar de la información no verificada.
Asimismo, sugieren que las organizaciones, tanto públicas como privadas, deben trabajar conjuntamente para mejorar la calidad informativa y ética en los medios de comunicación, proponiendo una alianza entre el periodismo riguroso y las estrategias de comunicación corporativa.
Para el 30% de los entrevistados la principal estrategia en la lucha contra la desinformación es la educación y alfabetización mediática como estrategia principal.
El 70% abogan por la promoción de colaboraciones entre plataformas digitales y organizaciones de verificación de hechos para combatir la desinformación.
La digitalización ha transformado la manera en que las empresas se comunican con sus audiencias. Los entrevistados reconocen que, aunque los medios digitales ofrecen nuevas oportunidades para alcanzar a públicos más amplios y diversos, también presentan desafíos significativos, como la necesidad de adaptar los mensajes a formatos más breves y directos sin perder el rigor informativo.
El 50% de los entrevistados destaca la importancia de adaptar las políticas de comunicación a la digitalización, y el otro 50% resalta la necesidad de mantener la integridad y calidad del contenido en un entorno digital, asegurando que la tecnología apoye y no eclipse la precisión informativa.
Las entrevistas revelan un compromiso con el uso de la comunicación como herramienta para abordar y concienciar sobre cuestiones sociales críticas. La comunicación se considera esencial para generar empatía y fomentar una mayor comprensión y acción sobre problemas como la pobreza, el cambio climático, la desigualdad y la discriminación.
El 35% de los directivos aboga por el uso de narrativas personales y humanizadoras para fomentar la empatía, y el 65% considera crucial la integración de la responsabilidad social y la empatía en todas las facetas de la comunicación corporativa, destacando acciones prácticas y compromisos claros más allá de las palabras.
La colaboración entre estos sectores es vista como crucial para apoyar un periodismo de calidad y una comunicación efectiva.
La cooperación puede facilitar la creación de estándares comunes, compartir buenas prácticas y desarrollar plataformas que aseguren la integridad y la veracidad de la información distribuida al público.
Un 45% de los entrevistados ve esencial la creación de estándares de calidad y ética comunes, mientras que un 55% enfatiza el apoyo mutuo en términos de recursos, formación y acceso a plataformas que permitan un periodismo más riguroso y una comunicación más efectiva.
A pesar del amplio consenso sobre la necesidad de un ODS 18, su implementación implica también desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la medición de su impacto y la asignación de los recursos necesarios para su desarrollo efectivo. La creación de indicadores claros y específicos que puedan capturar la esencia de una “Comunicación Responsable” es esencial para garantizar su éxito.
Asimismo, se requiere una colaboración entre las distintas naciones y los diferentes sectores para garantizar que el objetivo sea adaptativo y relevante en los diferentes contextos culturales y políticos existentes.
Mirando hacia el futuro, el ODS 18 tiene el potencial de transformar la manera en la que las sociedades entienden y manejan la información, especialmente en una era dominada por la rapidez y la abundancia de datos.
A medida que avanzamos, va a ser crucial que los líderes mundiales, los profesionales de la comunicación, y las comunidades en general reconozcan la importancia de la comunicación no solo como un medio para transmitir información, sino como un derecho fundamental, base de todos los demás derechos y objetivos de desarrollo sostenible.
Finalmente, es necesario promover una ética de comunicación global que valore la verdad, la responsabilidad y la inclusividad, para ayudar a establecer un terreno común donde todas las metas de los ODS puedan ser alcanzadas.
Este enfoque beneficia la cohesión social y política, y apoya la lucha contra el cambio climático, la pobreza y la desigualdad, reforzando la necesidad de un compromiso continuo, para lograr la mejora de la comunicación en todas las esferas de la sociedad.
La necesidad de apostar por un ODS 18 abre un diálogo necesario sobre el papel de la comunicación en el siglo XXI y propone un marco para futuras investigaciones y políticas que puedan beneficiar a la humanidad en su conjunto.
Es fundamental que continuemos explorando y abordando estas cuestiones, asegurando que el desarrollo sostenible y la Comunicación Responsable vayan de la mano hacia un futuro más justo para todos.
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