Entrevista a Silvia Loro Martín, responsable de responsabilidad social corporativa de Entreculturas, una ONG, promovida por la Compañía de Jesús, para la Educación y el Desarrollo que comenzó su labor en el año 1955 y que está presente en 41 países de todo el mundo.
¿Cómo llegaste a este mundo de la Responsabilidad Social? ¿Qué recuerdas de cómo estaba la RSC en nuestro país y en tu organización?
Fue hace ya 12 años, por 2007, cuando comencé a conocer el mundo de la responsabilidad social corporativa. Por aquel entonces empecé a trabajar en un periódico especializado en RSC que se llamaba Responables.biz y era editado por una consultora especializada en esta materia, Responsables Consulting. Aquella experiencia como periodista fue enriquecedora porque me dio la oportunidad en aquel momento de conocer muchísimas iniciativas que estaban floreciendo en muchas empresas y me dio también la oportunidad de entrevistar a muchos profesionales del mundo de la RSC que hoy día son personas de referencia en el sector. Me amplió muchísimo la visión, pude aprender muchísimo de aquellas entrevistas y, definitivamente, me dio mucha esperanza porque me dio la oportunidad de conocer que en las empresas había una inquietud diferente a la de únicamente generar beneficios económicos; estaba expandiéndose un movimiento que proponía una forma diferente de hacer empresa.
En 2007 no era un momento pionero porque muchas empresas y organizaciones ya venían haciendo cosas interesantes, incluso innovación social desde los años 90, pero sí un momento emergente o incipiente. Por aquel entonces muchas grandes empresas estaban generando sus departamentos de RSC o muchas plataformas y medios de comunicación. Iniciativas y redes que ahora son referencia surgieron unos años atrás. Por lo cual, me encontré ese mundo que hoy día ha evolucionado radicalmente.
¿Cómo ha evolucionado la estrategia de RSC de Entreculturas? ¿Cuáles son las principales líneas de actuación?
Entreculturas sí que se puede decir es una de las organizaciones que fueron pioneras en el mundo de la RSC en España porque colabora con empresas desde los años 90. A mí lo que me gusta de la organización es que siempre ha visto que el sector privado desde una perspectiva de empresa responsable puede generar un impacto muy positivo en la sociedad más allá de hacer bien su negocio, que se da por hecho. Sino que puede, a través de una reflexión interna, aportar a la sociedad y al medioambiente.
Nuestra estrategia de colaboración también ha ido evolucionando, siempre hay excepciones pero de forma muy generalizada en las primeras colaboraciones de empresas y ONG el principal factor era la filantropía o la donación a proyectos de acción social y hoy día quizás nos podemos encontrar que los aliados con los que trabajamos han pasado por un proceso de reflexión interna. Han pensado como ellos como empresas pueden aportar más valor a la sociedad y consecuentemente nos encontramos con modelos de RSC más maduros y alianzas más integrales donde las empresas ya no aporta solo una financiación sino que ponen la carne en el asador de lo que verdaderamente como empresa tiene en sus recursos su conocimiento, su tecnología, el voluntariado corporativo… Nuestro modelo de colaboración ha ido también acompañando esa evolución.
En Entreculturas trabajamos en tres grandes líneas la RSC. Una sería la parte más organizacional o interna, ahí Entreculturas busca ser muy coherente con lo que promovemos versus lo que hacemos internamente, cómo cuidamos a los trabajadores, las políticas medioambientales, tenemos comisiones de todo tipo desde genero a ecología, para tratar de no parar en esa reflexión interna hacia cómo ser más sostenibles como organización.
Luego, una segunda línea podríamos decir que es la de alianzas con empresas, ahí nuestra oferta de colaboración es muy amplia porque trabajamos desde el apoyo a proyectos de educación hasta voluntariados corporativo pasando por campañas de sensibilización y participación de empleados, carreras y eventos solidarios y luego, por supuesto (y quizás esto sea uno de los distintivos de Entreculturas) la gestión de grandes programas globales por nuestra dimensión y presencia en 37 países de América Latina y África tenemos la capacidad de coordinar grandes programas de acción social y acompasar a estrategias globales de RSC de empresas que también son globales. Quizás sea eso un distintivo que nos marca en nuestras alianzas con empresas.
Y, finalmente, la tercera dimensión a la que me refiero es sistémica. Tenemos una línea de trabajo incidencia donde tratamos de empujar el sector de la RSC de algún modo a través de nuestra participación en espacios y plataformas de RSC, como puede ser el Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa, el Foro Social de la Moda o nuestro trabajo en organizaciones de banca ética. Ese es otro impulso que podríamos decir a nivel sectorial. Muy resumidamente diría que esas son las tres grandes líneas donde Entreculturas trata de hacer calado con la RSC.
¿Puedes citar algunas buenas prácticas en esta materia?
Quizás una de las alianzas más importantes que tenemos es con Accenture, la empresa de consultoría. Con esta empresa trabajamos desde hace muchos años gestionando conjuntamente un programa global en 16 países donde la misión conjunta es mejorar la empleabilidad de jóvenes. Trabajamos en países de América latina y África en contexto de alta pobreza y exclusión para ofrecer oportunidades de mejora de empleo, formación profesional, inserción laboral o autoempleo para jóvenes que viven en exclusión y pobreza.
En esta alianza, a parte de la dimensión global, tiene la capacidad de entendernos a esas grandes dimensiones y de crear un equipo integrado donde verdaderamente lo gestionamos conjuntamente. Es interesante porque la empresa pone la financiación y además pone lo mejor que tiene como empresa. Pone toda la carne en el asador. Pone su tecnología, pone a sus empleados, su equipo profesional, su voluntariado corporativo… Digamos que da lo mejor como empresa al servicio del proyecto y la colaboración.
Otra de las mayores alianzas que tenemos es con la empresa Inditex que verdaderamente es un aliado estratégico para Entreculturas. Trabajamos con ellos desde 2001, la colaboración ha sido constante, estable, continua, con calado en multitud de países y es un aliado que ha entendido muy bien que nuestra propuesta es una propuesta a medio o largo plazo. El cambio y la transformación social que buscamos desde Entreculturas no se logra en un año ni dos. Ir de la mano con Inditex nos ha permitido realmente cambiarle la vida a generaciones enteras de niños y jóvenes que no hubieran tenido oportunidad de acceder a educación de otro modo. Y para contarte algún ejemplo sobre la parte sistémica, podría mencionar la colaboración con el Foro Social de la Moda que es una plataforma que se empezó a gestar en 2017 donde empresas, ONG y sindicatos nos unimos. Es una plataforma muy interesante porque es un ejercicio sectorial donde nos unimos para reflexionar y compartir buenas prácticas y hacer que el sector avance hacia esos modelos de negocio más sostenible y responsable.
Me gustaría también mencionar nuestra iniciativa Corre por una causa porque es una iniciativa que permite a las empresas, de una forma muy sencilla, hacer un acto solidario y meterse en el mundo de la RSC. Es una iniciativa que tiene por ejemplo mucho éxito entre empresas pequeñas y empresas que no tienen muy configurada su RSC porque permite dar un primer paso para profundizar en ello. Es una iniciativa que a priori puede parecer solo un circuito de carreras solidarias, pero es mucho más porque el objetivo de corres por una causa es fomentar la participación social. Es decir, motivar y sensibilizar a que las personas, los ciudadanos, las organizaciones y los empleados hagan un pequeño gesto, en este caso con la excusa de correr. Esa excusa es lo que nos permite hacer llegar nuestro mensaje por el derecho a la educación. Hay más de 200 empresas cada año y miles de empleados.
¿Qué papel tiene la comunicación de la RSC en tu organización? ¿Y qué destacarías?
Para nosotros la comunicación es fundamental. Por un lado, en la colaboración con empresas porque en nuestras colaboraciones la misión es compleja. Esto de dotar de derecho a la educación puede parecer muy sencillo, pero detrás los proyectos son verdaderamente complejos. La calidad educativa y las metodologías no son acciones sencillas a la hora de la verdad. Con lo cual para nosotros es fundamental simplificar los mensajes, hacerlos entendibles y hacer que los proyectos sean simples para que lo entendamos de una forma lo más sencilla posible.
Ayudamos mucho a las empresas a comunicar la acción social de una forma adecuada a los públicos a los que nos dirigimos. Y, por otro lado, en cuanto a las acciones de RSC que promovemos lo tratamos de difundir y de tener un canal de diálogo abierto con los grupos de interés. ¿Qué estamos haciendo? ¿Por qué? ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Por qué estamos colaborando con estas empresas? ¿Qué procedimientos seguimos para establecer las alianzas? En ese sentido usamos todos los canales corporativos que tiene Entreculturas desde el boletín, la newsletter, la intranet interna y por supuesto un canal abierto de comunicación con socios donantes y colaboradores.
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios de apostar por la responsabilidad social corporativa?
Como organizaciones, yo creo que es enriquecedora la reflexión interna de cómo podemos seguir evolucionando hacia modelos organizativos más responsables y sostenibles. Y respecto a la colaboración con empresas, la principal ventaja sería la sinergia que se puede producir cuando te encuentras en un proyecto común donde verdaderamente cada organización está aportando lo mejor de sí pues logras que el proyecto tenga más impacto, sin duda. Para Entreculturas es fundamental porque nos aporta coherencia. Es decir, coherencia con lo que queremos conseguir con nuestros proyectos y con nuestra misión que es la transformación hacia un mundo más justo y coherencia también interna con lo que nosotros, como empleados, demandamos y, por supuesto, con las personas y organizaciones que nos apoyan.
¿Cuáles son en tu opinión los principales errores que se están cometiendo en torno a la RSC? ¿Y cómo pueden subsanarse?
La RSC es una evolución y conlleva una curva de aprendizaje. Yo creo que un error es querer ir muy deprisa con los cambios relacionados con la sostenibilidad, en el sentido de querer obtener resultados muy rápidos, siempre y cuando no se parte de una cultura corporativa y una reflexión interna verdadera. Es decir, sería el entendimiento superficial de la RSC.
La verdadera RSC parte de esa reflexión interna de cómo como organización puedo aportar más a las sociedad como puedo generar menos impactos negativos en el medioambiente como puedo darle más valor a mis empleados, a mis clientes y a los grupos de interés con los que me interrelaciono. A partir de ahí, de una forma honesta, transparente, realista, con las expectativas ajustadas generar la propuesta y actuar. Lo que sería un error quizás es el entender que la RSC es un área o es una iniciativa. La RSC es un cambio de paradigma, es el camino hacia un modelo de organizaciones y de desarrollo sostenible.
¿Aún se oye en muchos foros que algunas empresas hacen responsabilidad social corporativa por cosmética, por lavado de imagen? ¿Qué opinas de esto?
En línea con el punto anterior, la clave es la coherencia. Para evitar esta sensación de desconfianza se ha de partir de esa reflexión interna, de ese planteamiento sincero y honesto. Si partimos de esta pregunta interna y nos planteamos unas respuestas sinceras y determinadas, la sociedad, los empleados y los clientes van a percibir que la propuesta es verdadera y esto es clave para generar confianza. Un poco en resumen, la clave es la coherencia entre la reflexión, las acciones, lo que se comunica y cómo se comunica.
¿Cómo fomentáis desde Entreculturas la comunicación y los diálogos con los grupos de interés? ¿Y cuáles son las principales buenas prácticas que destacarías?
La parte que me gustaría destacar sería el trabajo de incidencia con empresas que hacemos en el marco de nuestras colaboraciones porque, como comentaba al comienzo, la evolución en las alianzas nos ha ido haciendo evolucionar a nosotros en qué aportábamos a las empresas y cómo lo podíamos aportar. Entonces, es cierto que nuestra propuesta de colaboración es tratar de hacer incidencia desde dentro, es decir, en nuestras colaboraciones nos ponemos en disposición de la empresa para que haya un dialogo directo fluido y constructivo sobre qué cosas podemos cambiar juntos para que sean mejor como empresas.
Es cierto que muchas empresas toman la mano encantadas y se ponen a escucharnos mutuamente. Hay empresas, como El Corte Inglés, donde junto con otras ONG también formamos parte del grupo de trabajo partes interesadas y ponen a disposición reuniones y grupos de trabajo donde ellos con total transparencia nos cuentan que han hecho que quieren hacer y cuáles son sus intenciones. Y escuchan que tenemos que decir o cuál es nuestra opinión de ONG especializadas en diferentes ámbitos, en la parte social estamos nosotros pero también hay otras ONG de medioambiente, de discapacidad y salud. Sindicatos donde conjuntamente tratamos de ayudar a la empresa a ser cada vez mejor.
Otra empresa de la que formamos parte de su Consejo Social es Inditex y es un espacio muy relevante donde está la dirección y donde se da la oportunidad con total transparencia de hablar de las buenas prácticas, de prácticas a mejorar y de cómo podemos ayudar en este sentido.
Luego también comentar el trabajo que hacemos con los grupos de interés en estos espacios de incidencia de los que hablaba. De tratar de forma más sistémica impulsar la RSC, por ejemplo, a través de nuestro trabajo en el sector financiero. Con el sector financiero formamos parte de comités y de consejos éticos de fondos de inversión con la banca comercial como Santander o La Caixa. Donde junto con otras ONG participamos y aportamos nuestro punto de vista a estas iniciativas.
También trabajamos mucho en la parte de la economía social y una de las principales iniciativas que estamos impulsando en España es la banca ética que propone una alternativa de gestión financiera diferente marcada por criterios sociales y ambientales muy claramente definidos. En este sentido, Fiare es una referencia que cada vez está cogiendo más peso en este país. Realmente se creó hace muchos años en el 85 y nace en España. Pero en España ahora vemos que está habiendo una evolución enorme. Si no recuerdo mal, a día de hoy hay más de tres millones de euros de capital social, más de 2.800 socios y ofrece cerca de 250 créditos a iniciativas de economía social y responsable para aquellas propuestas de negocio que quizás no tienen tanta acogida en la banca comercial. Pero Fiare es un sitio ideal porque coincide con los valores que se quieren promover a través de la financiación a este tipo de emprendedores sociales.
¿Cuáles son los retos y desafíos de la RSC en España?
En primer lugar, que la evolución que ha habido es innegable, incuestionable y ha sido sorprendente. Eso es lo primero que me gustaría decir. Ha habido un cambio enorme en el sector en la última década y realmente se ha generalizado mucho la responsabilidad social corporativa y ha transferido lo que antes era un movimiento muy sectorial a ser una práctica cada vez más común en el mundo empresarial y en las organizaciones. Sin embargo, nos sigue quedando el reto a organizaciones como vosotros, como DIRSE y como nosotros mismos que tratamos de impulsar el avance de la RSC tenemos el reto de generalizarlo aún más, de llegar a la sociedad y de llegar al mundo empresarial general. Al empresariado general, y no me quiero referir solo a pymes o autónomos porque es verdad que todavía grandes empresas aun no se han sumado verdaderamente al movimiento.
Hay un reto en la generalización del concepto y del entendimiento del paradigma del cambio de modelo de negocio. Sí que es verdad que es un error querer hacer las cosas muy deprisa, en el sentido de querer obtener resultados y cambios verdaderos con iniciativas superficiales, pero a la vez el cambio es bastante urgente y ha de ser inminente. La sociedad nos lo está demandando. El medioambiente ya no puede más. Entonces, lo que sí que es un reto es asumir que eso se tiene que dar con urgencia. Se tiene que dar ya esa reflexión y ese cambio se tiene que producir. Pero se tiene que producir, insisto, desde una reflexión profunda, interna, organizacional y verdadera.
¿Cuáles son los retos de Entreculturas dentro de la RSC y cómo los vais a llevar a cabo?
Aterrizando a nosotros como organización y yendo un poco al sector al que nos dedicamos que es la educación y la cooperación para el desarrollo, para nosotros sigue siendo un reto encontrar aliados que nos quieran apoyar a largo plazo en el camino. Afortunadamente, como he contado en algunos ejemplos, contamos con aliados estratégicos que se han sumado a acompañarnos en la misión a largo plazo. Pero también es cierto que no siempre las propuestas que hay dentro de las empresas te permiten alianzas a medio y largo plazo. Muchas veces las iniciativas están ubicadas a un año o como mucho dos. Entonces, es cierto que, sin dejar de ser importantes y fundamentales no siempre nos permite generar impactos como los que queremos más a largo plazo. Veo ahí un reto en ese sentido.
Y luego, quizás también, el reto de encontrarse con aliados en los que por ambas partes estemos dispuestos a dar todos para lograr el mayor potencial en la colaboración. En ese sentido es cierto que hay muchas iniciativas, muchas empresas que están haciendo cosas verdaderamente interesantes y transformadoras, pero muchas veces el reto de identificar y encontrarse con el aliado sigue siendo complicado. Sigue siendo difícil encontrar esos puntos donde empresas y ONG podamos entendernos y abrir nuevas colaboraciones. Sin duda, como principal reto también seguiremos impulsando que las organizaciones, tanto ONG como empresas y cualquier otro tipo de organización, cada vez logremos modelos de negocios más sostenibles y responsables.
Escucha aquí la entrevista completa con su protagonista: