Sara Blázquez, directora de Comunicación de Coca-Cola Iberia
Siempre se ha dicho que la información es poder y, en muchas ocasiones, con connotaciones negativas. Sin embargo, que un individuo esté bien informado no solo le empodera, también nos enriquece a todos como sociedad.
Nunca antes habíamos tenido al alcance tantas fuentes, formatos y canales de información. Y, aun así, nunca habíamos corrido el riesgo de estar tan desinformados. Contar con un ODS como el 18 impulsaría a sociedad civil, sector privado, organismos internacionales y sector público a colaborar para paliar y prevenir este escenario.
Las alianzas tanto público-privadas como las asociaciones sectoriales están llamadas a jugar un papel fundamental para que nadie se quede atrás y este diálogo tenga el mayor alcance posible.
Desde la empresa privada tenemos una gran responsabilidad y oportunidad para que ese diálogo se fomente y, sobre todo, tenga consecuencias en la sociedad.
La única medida que impondría para garantizar esa libertad es, precisamente que no haya medidas que sean restrictivas de la libertad salvo en lo que se interponga en la de terceros. La libertad de expresión es un derecho fundamental, recogido en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Los medios de comunicación tienen un papel clave para garantizar la transparencia y rendición de cuentas de autoridades públicas y gubernamentales y deben poder ejercer su función pública con libertad y sin presiones.
La base es simple: fact check. Es preciso emplazar a todos, medios y ciudadanía, a la premisa básica de contrastar las fuentes y no dar por válido cualquier titular. Por eso tenemos que empoderar a las fuentes y reclamar su legitimidad y relevancia, así como la necesidad de recurrir a ellas desde instituciones y medios.
Es necesario restablecer un mayor prestigio de los medios de comunicación, las agencias y las áreas de comunicación de las empresas, porque son un aliado en esta tarea.
Definitivamente, dando ejemplo. Tanto las compañías grandes como las pequeñas y las personas que formamos parte de ellas tenemos el compromiso de utilizar las redes sociales corporativas y las personales con sensatez y seriedad. En muchas ocasiones, somos referentes para todo tipo de públicos, por eso es importante que reflexionemos antes de realizar cualquier publicación.
Su papel principal es apoyar la libertad de los medios de comunicación, así como proteger los derechos de los periodistas y los trabajadores de medios de comunicación. Son garante de la democracia y pluralidad.
La credibilidad y alcance de los medios de comunicación tienen que servir para trasladar realidades, a menudo incómodas o más silenciadas, a toda la sociedad. La comunicación tiene una función social para que nada pase inadvertido.
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