Amelia Aguilar, Directora de Comunicación del Grupo ASISA
Adoptar un enfoque de Comunicación Responsable, y por tanto ética y precisa, contribuye a crear relaciones más saludables y sociedades más informadas. Evitar la desinformación, la manipulación y las noticias falsas es fundamental para garantizar el derecho a la información y la libertad de expresión, que son los pilares de una sociedad libre y democrática.
Promover ese diálogo requiere un enfoque multifacético. Esto incluye campañas de sensibilización, programas educativos en escuelas y universidades, y materiales informativos accesibles para el público en general. También es importante involucrar a una amplia gama de partes interesadas, incluidos gobiernos, ONG, empresas, academia y sociedad civil, y promover espacios donde contribuir con sus perspectivas y conocimientos. No es una tarea fácil, requiere compromiso y planificación estratégica.
En las sociedades libres, la mejor ley de prensa es la que no existe, sin embargo, eso no exime a los gobiernos de su obligación de proteger la libertad de expresión y el derecho a la información. Además, en el campo digital, es necesaria la adopción de medidas protejan la privacidad de los usuarios y les brinden seguridad.
Lo más importante es, de nuevo, la educación. La mejor estrategia es promover la alfabetización mediática y digital para ayudar a la población, desde edades tempranas, a identificar noticias falsas y evaluar la credibilidad de las fuentes de información.
Los más vulnerables en este ámbito son los niños y adolescentes. En este sentido, por un lado, tenemos que educar a nuestros hijos para que entiendan los riesgos de compartir contenido. Pero por otra, ha llegado el momento de tratar a las grandes empresas tecnológicas como adultos y exigirles responsabilidades. Como sociedad, no podemos admitir que los lobbies de estas multinacionales detengan la adopción de medidas para luchar contra el abuso infantil amparándose en un falso derecho a la privacidad en las comunicaciones.
Si somos capaces de vigilar nuestras comunicaciones encriptadas para proteger a nuestros equipos de ciberataques, también deberíamos ser capaces de llevar a cabo esa vigilancia respetuosa con la privacidad, para proteger a los más vulnerables contra el acoso y el abuso sexual.
Los medios de comunicación públicos, cuando son gestionados de forma profesional y respetando la pluralidad, cumplen una importante labor. Por su parte, los medios de comunicación privados son un elemento fundamental de las sociedades libres y democráticas. Existen muchos campos en los que ambos sectores pueden colaborar, especialmente en el ámbito de la garantía de los derechos, la observación de códigos éticos y deontológicos y temas sobre formación y desarrollo profesional.
Requiere el uso de narrativas humanizadoras, a través de historias personales que conecten emocionalmente a la audiencia con las experiencias de aquellos que enfrentan desafíos e inviten a la movilización como sociedad y a la corresponsabilidad.
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