«Una comunicación responsable es la base segura para construir los demás ODS»

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Entrevista a Mònica Costa, Directora de comunicación de Covestro en España

Esta entrevista forma parte de la Revista Corresponsables 77 – Especial ODS18.

En esta entrevista, Mònica Costa, Directora de comunicación de Covestro en España, habla sobre la importancia de añadir un «ODS 18» a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, enfocado en garantizar una comunicación eficaz que movilice a la sociedad hacia estos objetivos globales.

A través de su experiencia, reflexiona sobre cómo la comunicación puede y debe jugar un papel central en la promoción del desarrollo sostenible y en la construcción de una sociedad bien informada.

 ¿Por qué es necesario un ODS 18 dedicado a la comunicación responsable?

La comunicación desempaña un papel fundamental en la configuración de la opinión pública, la toma de decisiones y el funcionamiento de la sociedad en general. En la era de la información – donde las noticias y opiniones se comparten constantemente y a gran velocidad a través de una multitud de diferentes plataformas y canales, de forma libre y por parte de cualquiera con intenciones y voluntades diferentes – tenemos que garantizar, de alguna manera u otra, que esta información sea precisa, veraz y ética. Es por eso que un ODS dedicado a la comunicación responsable es más crucial que nunca.

La desinformación y las noticias falsas son el peligro para la integridad de la información y la confianza pública. Existe un riesgo real de que se distorsione la percepción de la realidad y se polarice a la sociedad. La falta de transparencia y ética pueden socavar la confianza en las instituciones públicas y privadas, así como en los medios de comunicación, creando un clima de incertidumbre.

Un ODS específico para la comunicación responsable nos proporcionaría un marco global para promover estándares éticos y prácticas comunicativas responsables en todos los niveles, desde los medios de comunicación y la comunicación corporativa hasta las redes sociales. La iniciativa nos ayudaría a hacer frente a los desafíos emergentes en el ámbito de la comunicación, como la desinformación en línea, la manipulación de la información y la falta de transparencia.

Porque, al fin y al cabo, una comunicación responsable es la base segura para construir los demás ODS.

¿Cómo puede promoverse un diálogo abierto y constructivo sobre desafíos globales, como el cambio climático y la reducción de la pobreza, a nivel internacional?

Lo primordial y más importante es buscar cómo podemos conseguir que la información sea precisa y la opinión esté basada en la evidencia y accesible para todos los sectores de la sociedad. Es decir, se trata de volver al “back to basis”, a lo que todos aprendimos en la Universidad: diferenciar la información de la opinión. Sólo cuando diferenciamos la información de la opinión, somos capaces de construir una opinión informada.

De esta manera podemos garantizar debates constructivos y fomentar la acción individual y colectiva para abordar el cambio climático, la pobreza y otros problemas sociales y ambientales. Pues un punto clave en la comunicación responsable también es la formación y educación, elementos indispensables para comprender la complejidad de estos problemas y desarrollar habilidades para enfrentarlos.

¿Qué medidas concretas pueden tomarse para garantizar la libertad de opinión y prensa en un mundo cada vez más conectado digitalmente?

Cada vez es más difícil, porque a la rapidez y al intercambio indiscriminado de información, ahora debemos añadir la Inteligencia Artificial. Pero la realidad es que nuestra sociedad y en concreto cualquier democracia sana se sustenta gracias al acceso a la información y la transparencia comunicativa. Es por ello que tenemos que proteger estos derechos.

Las leyes de libertad de expresión, tanto en su formato online o offline, deben proteger a las personas y a los medios de comunicación de cualquier tipo de censura o interferencia indebida por parte de cualquier otro agente. Es imprescindible garantizar que todas las personas tengan acceso a internet sin restricciones injustificadas. Otro aspecto importante es la transparencia en comunicación. Todos deberíamos tener la posibilidad de saber el origen de la información y de los datos para poder comprobar su veracidad, así como la opción de consultar diversas fuentes y perspectivas.

Yo quiero se optimista. Estoy segura de que todas estas tecnologías y la Inteligencia Artificial al final nos ayudaran por un lado al proceso de triaje de la información y por otro lado al acceso universal a la información.

¿Cuál es la estrategia más efectiva para combatir la difusión de noticias falsas (fake news) y la propaganda en línea?

Desafortunadamente, la desinformación ya no solo es un problema en el mundo de la comunicación, sino que afecta todos los ámbitos de nuestra vida, pudiendo influir tanto en elecciones parlamentarias como en decisiones de salud pública. Por esto, para poder combatir las noticias falsas es necesario implementar una estrategia que combine múltiples enfoques complementarios.

Bajo mi punto de vista, la educación y la alfabetización mediática juegan un papel fundamental en este desafío. Es esencial enseñar a las personas para que sean críticas con la información que consumen, para que puedan reconocer las señales de las noticias falsas y verificar la información a través de fuentes confiables y herramientas especializadas como los fact checkers.

Como comentaba antes, si la inteligencia artificial es capaz de crear avatares, fuentes o informaciones también va a ser capaz de detectarlos e identificarlos.

Sin embargo, la comunicación debe de ser una actividad también regulada con normativas que fomenten su uso compliance y castigue el uso fraudulento, como cualquier otra transacción. La regulación de plataformas digitales desempeña un papel importante en este proceso. Es necesario trabajar en la implementación de políticas y medidas que identifiquen y eliminen las cuentas y contenidos falsos o manipulados. Así como fomentar que las plataformas digitales sean ser más transparentes sobre sus algoritmos de recomendación de contenidos para ayudar a mitigar la propagación de la desinformación.

¿Cómo podemos ayudar a las personas a que utilicen de manera responsable y ética los «poderes de comunicación» a través de las redes sociales?

Para fomentar el uso responsable y ético de las redes sociales, es esencial adoptar un enfoque holístico. Justo como comentábamos anteriormente, la educación digital debe ser prioritaria. Proporcionando a las personas recursos y herramientas que les permitan comprender el impacto de sus acciones en línea.

De la misma manera, creo que sería una gran idea promover una cultura de empatía y respeto en las redes sociales. Establecer normas claras de comunidad y saber que también somos responsables de nuestras acciones en estas plataformas, podría ayudarnos a crear un entorno en línea más positivo y seguro.

¿Cuál es el papel de la colaboración entre el sector público y privado en el apoyo al periodismo riguroso y de calidad?

El periodismo es una pieza clave para el debate público y el funcionamiento democrático en nuestra sociedad. Así, la promoción de un periodismo crítico y de calidad es o debería ser de interés público para contribuir al fortalecimiento de la democracia y al empoderamiento de la ciudadanía a través de una información veraz y contextualizada.

En algún momento se deberá encontrar cómo mejoramos la financiación de los medios de comunicación que se han visto muy afectados con la caída de la publicidad física y los bajos precios de la publicidad online. Sin medios de comunicación fuertes económicamente, no habrá redacciones formadas y con conocimientos que puedan hacer frente a otros comunicadores sin formación que transmiten información por las redes.

En este sentido, los gobiernos pueden aportar recursos financieros y regulatorios para respaldar el periodismo independiente y proteger la libertad de prensa para garantizar un entorno propicio para un periodismo sin interferencias indebidas.

Por su parte, el sector privado puede contribuir con financiamiento y acceso a un mercado de audiencias plural para promover la creación de diferentes medios de comunicación y asegurar la diversidad de fuentes y opiniones.

¿Cómo se puede avanzar en la promoción de la diversidad y la igualdad de género en la industria de la comunicación y las relaciones públicas?

La diversidad y la inclusión no solo son valores fundamentales en la sociedad, sino también han demostrado que una sociedad verdaderamente inclusiva es mucho más rica, dinámica, creativa, innovadora, audaz y capaz de adaptarse a los cambios y de construir un mundo mejor.

La industria de la comunicación tiene los mismos retos que cualquier otro sector a la hora de conseguir promover modelos de liderazgo inclusivos que valoren la diversidad y la equidad no sólo de género, sino también cultural y de diversidad funcional, fomentando equipos de trabajo plurales, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por igual.

Pero aquí el reto es crítico porque es desde estas organizaciones donde tienen que salir las voces que ayuden a evolucionar la sociedad hacia un modelo más respetuoso e inclusivo.

¿De qué manera podemos fomentar, a través de la comunicación, la empatía hacia aquellos que sufren hambre, pobreza, falta de oportunidades, guerra, migraciones forzadas y discriminación?

En un mundo en el cual las disparidades sociales y globales son evidentes, pero a vecen invisibilizadas, la comunicación puede desempeñar un papel crucial en la promoción de la empatía hacia aquellos que enfrentan situaciones adversas. Y, sin embargo, no es tarea fácil.

Se trata de ofrecer una información humana que visibilice las dificultades y las experiencias de aquellos que lo sufren de una forma auténtica, pero sin “regocijarse” en la desgracia. Se trata también de ofrecer una información objetiva y fría, de contexto, que huya del maniqueísmo y mostrando todas las caras de una realidad poliédrica y compleja.

Todo ello, además, huyendo de actitudes paternalistas y que respeten la dignidad de las personas afectadas, trabajando en colaboración con ellas para abordar los desafíos a los que se enfrentan.

Este último punto puede inspirar y motivar a la audiencia a sentirse parte de una comunidad global y a tomar medidas para contribuir al cambio positivo. Es decir, el objetivo final de toda comunicación, despertar un cambio.

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Periodista en Corresponsables

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