Nos encontramos en un contexto global impredecible. Cada vez más, las empresas se ven obligadas a navegar en escenarios inexplorados. Con un contexto macroeconómico no siempre prometedor y unas sociedades crecientemente polarizadas, exigentes y demandantes, vivimos entre varias tensiones que no siempre son complementarias.
Algunas de ellas son la necesidad de obtener resultados medibles a corto plazo, los procesos de transformación necesarios para la sostenibilidad del negocio y la presión reputacional de la sociedad en temas clave como el medioambiente, la diversidad o la contribución.
En este escenario actual de incertidumbre en el que nos encontramos, la comunicación responsable es fundamental para hacer frente a los desafíos del entorno y utilizar el poder que tiene la comunicación para crear un clima de confianza que facilite el intercambio libre de opiniones entre personas, independientemente de sus diferencias ideológicas, étnicas o culturales.
Dialogar con rigurosidad y utilizar un lenguaje positivo e inclusivo sustentado en valores éticos y morales ya no es una opción, sino debe ser una prioridad para todas las compañías.
El compromiso que se les exige a las empresas va más allá de una gestión sostenible del negocio. Se les requiere una contribución que trascienda su propia actividad. Deben enfocarse en los temas relevantes para sus grupos de interés, dar respuesta a las inquietudes sociales, relacionarse y crear alianzas con comunidades de interés, influyentes en un contexto enmarañado y convulso, pero cada vez más retador y transformador.
Según el informe de LLYC “New Times New Rules: 10 desafíos para tiempos impredecibles”, el volumen de la conversación sobre sostenibilidad y responsabilidad social sigue aumentando. En 2022, el término sostenibilidad medioambiental creció un 29% respecto al año anterior. Mientras que la conversación de “responsabilidad social” ha crecido el 22% en los últimos 4 años.
No cabe duda de que las compañías están cada vez más comprometidas con la sociedad y que lo están externalizando para generar engagement con sus públicos. En este sentido, se vuelve absolutamente relevante que la comunicación responsable esté en la Agenda 2030 como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que permitirá potenciar el compromiso en este camino de organizaciones, empresas y de la sociedad en general.
La comunicación responsable es un pilar fundamental en la relación con todos nuestros grupos de interés. En LLYC contribuimos al mundo que nos rodea porque estamos convencidos de que una comunicación honesta, inteligente, innovadora y eficaz ayuda a generar confianza y entendimiento entre personas, empresas e instituciones, pilares sobre los que se asienta el progreso económico y social. Creemos en una comunicación que, en suma, forma parte de la solución a muchos de los desafíos de nuestro tiempo.
Acompañamos a nuestros clientes para lograr sus metas de negocio, tomar decisiones estratégicas de forma proactiva y fijar una ruta para defender su licencia social para operar y aumentar su prestigio.
Trabajamos en los desafíos más relevantes de nuestros clientes, buscando para ellos las soluciones más innovadoras, tomando en cuenta su legitimidad en la sociedad al comunicar su compromiso y contribución. Entendemos los desafíos a nivel global y que cada país en el que estamos presentes tienen diferentes desafíos en temas de responsabilidad social.
En LLYC estamos comprometidos en la generación de conocimiento, nuestro liderazgo nos permite contribuir con informes y estudios que a través de las capacidades de nuestros profesionales en Deep Learning y metodologías de Data Analytics Suite analizamos la conversación social sobre temas como la igualdad de género, diversidad, polarización y problemáticas sociales.
Así mismo, desde la Fundación LLYC, tenemos un sólido objeto social que es comunicar a través de la creatividad, la tecnología y el activismo corporativo. La comunicación es capaz de despertar la sensibilidad o la conciencia colectiva de asuntos que merecen ser apoyados y esa nueva aceptación social genera un cambio positivo. Creemos firmemente en ello y contamos con el talento interno y su compromiso para llevar a cabo proyectos sociales, medioambientales o de defensa de la democracia.
En definitiva, la transparencia siempre será una práctica muy relevante dentro de los compromisos que las organizaciones y empresas han adquirido. Los 17 ODS nos permiten avanzar hacia la agenda 2030; sumar el objetivo 18 de “Comunicación Responsable” permitirá visibilizar las iniciativas generando que más actores se sumen a este gran compromiso global.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: ODS18 – Comunicación Responsable.