Entrevista con Roberto Ballester, socio fundador de Felidarity para hablar sobre su llegada al mundo de la responsabilidad social corporativa, los retos en esta materia y los planes de futuro de su organización.
¿Podrías empezar explicándonos cómo llegaste a este mundo de la RSE y qué recuerdas de esos inicios, cómo estaba la RSE en nuestro país y tu organización en la materia?
A lo largo de mi formación en Filosofía, tuve la suerte de conocer a Adela Cortina, Catedrática de Ética y Directora de la Fundación ÉTNOR. La verdad es que siempre he pensado que la filosofía y la ética debían servir para abordar aspectos prácticos de la vida cotidiana, así que empecé a interesarme por la aplicación de la ética en el ámbito de la empresa y la economía. Al poco de terminar la carrera de filosofía, Adela Cortina me propuso que me integrara en la Fundación ÉTNOR, que ya en aquel momento era una referencia en el desarrollo de valores en la economía y la empresa.
A ÉTNOR llegué en el año 2000 y, al poco tiempo, asumí el puesto de Gerente de la Fundación, tarea que estuve realizando hasta el año 2014. Fue, sin ninguna duda, un verdadero lujo poder trabajar codo con codo con personas como Adela Cortina y empresarios y directivos de empresa como Emilio Tortosa. En 2014 dejé la fundación ÉTNOR para poner en marcha Felidarity, desde donde abordamos el desarrollo, integración y visibilización de los valores, compromisos éticos y estrategias de sostenibilidad y responsabilidad en organizaciones privadas y públicas.
Desde luego, en los últimos 20 años el cambio ha sido radical en relación con estos asuntos. Recuerdo que en el año 2000 la tarea fundamental pasaba por la sensibilización y la difusión de la relevancia que tienen los valores para la construcción de empresas que perduren en el tiempo. Es cierto que hoy en día hay que seguir haciendo esta labor de sensibilización y formación, pero la tarea principal creo que ya no está aquí, sino que se encuentra en el desarrollo de herramientas y modelos de gestión que integren de manera profunda estas cuestiones en la estrategia y la gestión de la empresa.
Desde mi punto de vista, este es el cambio más relevante. Hemos pasado del qué al cómo, haciendo ver a las empresas que la integración de la apuesta ética de la empresa ya no es algo que sea sólo de interés para la sociedad, sino también de interés para la propia empresa y su sostenibilidad.
En esta línea, ¿cómo ha evolucionado la estrategia de RSE de tu organización en estos últimos años hasta la actualidad y cuáles son, actualmente, sus principales líneas de actuación?
Siguiendo con lo que decía antes, creo que un elemento relevante de la evolución de la estrategia de RSE ha sido entender que la propuesta de la RSE no es algo puntual o que afecte a un área de la empresa, sino que es un nuevo modelo de gestión que significa realizar cambios en todas las áreas de la organización. Es decir, un nuevo modelo de gestión que tiene en la integración transversal de los impactos económicos, sociales y ambientales en todos los stakeholders el aspecto más relevante.
Esto, junto con el desarrollo del propósito, configuran las principales líneas de actuación de Felidarity. La idea propósito nos ha llevado a repensar que no sólo estamos ante un nuevo modelo de gestión empresarial, sino ante un nuevo modelo de empresa.
Bien trabajado e integrado, el propósito empresarial va a ser la pieza clave para generar legitimidad social como empresa, que es uno de los aspectos fundamentales para que el proyecto empresarial perdure. La combinación de ambas cuestiones, un nuevo modelo de gestión y un nuevo modelo de empresa, es en lo que estamos ahora trabajando con más profundidad.
¿Puedes poner ejemplos, citar buenas prácticas de su organización en estos temas?
Un aspecto que ha supuesto un paso adelante muy relevante ha sido certificar a Felidarity como empresa B Corp. Sólo el proceso de llevar a cabo la certificación ya fue muy interesante. Ahora estamos ya trabajando en el proceso de renovación de la certificación, que llevaremos a cabo en 2021 y, de nuevo, está siendo un proceso muy interesante. Estos procesos te ayudan a repensar aspectos de la gestión, redoblar tus compromisos y dar pasos adelante en la integración de la RSE y los valores éticos en la gestión y propuesta de valor de la empresa.
Junto con esta cuestión, de forma más micro, una buena práctica que nos genera muchas satisfacciones es el desarrollo de voluntariado a través de la puesta en marcha de consultoría pro bono para entidades del tercer sector. Aprendemos muchísimo de estos procesos y creemos que, humilde y modestamente, aportamos nuestro conocimiento y experiencia para mejorar la gestión de las organizaciones sociales.
¿Qué papel tiene en la misma la comunicación de la RSE, qué destacaría de la misma?
En Felidarity entendemos la comunicación como una parte inherente a la RSE. Es decir, la comunicación es nuestro compromiso con nuestra responsabilidad de dar cuentas de nuestra integración y gestión de nuestros impactos económicos, sociales y ambientales en relación con las expectativas de nuestros grupos de interés.
Por otro lado, es obvio que una buena comunicación ayuda a mejorar nuestra propuesta de valor y nuestro posicionamiento.
Hoy en día es cierto que son muchas las empresas que están comunicando sus modelos de responsabilidad social, así que es importante abordar esta cuestión desde una perspectiva muy rigurosa y profesional, pues la única forma de separar el grano de la paja.
¿Cuáles son las principales ventajas y beneficios de apostar por la RSE?
Desde mi punto de vista, los principales retornos de la RSE son 3:
En primer lugar, la integración de la RSE ayuda a generar, como decía antes, legitimidad social. Eso que se conoce como licencia para operar. En segundo lugar, cuando das cuentas de la integración y gestión de la RSE consigues generar credibilidad. La credibilidad es uno de los caballos de batalla de la empresa hoy en día, y también de otro tipo de organizaciones. En tercer lugar, probablemente como resultado de la combinación de la legitimidad social y la credibilidad, el retorno más importante, desde mi punto de vista, es que la integración de la RSE y el desarrollo de una cultura ética ayuda a generar confianza.
La confianza creo que es el intangible más importante que necesitamos las empresas, aunque tenemos que darnos cuenta que la confianza es el resultado de cumplir con los compromisos éticos y con las expectativas de tus grupos de interés. Es decir, generar confianza es un resultado. Esto cuesta verlo en las empresas, pues las empresas somos conscientes que la confianza es vital, pero no acabamos de tener claro que hay que trabajar y desarrollar procesos, compromisos, etc., que ayudan a generarla.
¿Cuáles son, en tu opinión, los principales errores que se siguen cometiendo en la actualidad en torno a la RSE y cómo subsanarlos?
Probablemente, uno de los errores que veo más a menudo es que todavía cuesta mucho introducir la RSE en la estrategia de la empresa. Es decir, se sigue viendo, siendo optimista, como algo importante, pero todavía alejado de la estrategia. Esto se ve, fundamentalmente, en las empresas de un tamaño medio. Saben que la RSE es importante, pero todavía lo ven como algo que está fuera del perímetro de los asuntos estratégicos.
Aún se oye en determinados foros y personas que las empresas ‘hacen’ RSE por cosmética, por lavado de imagen, por greenwashing, ¿qué opinas de ello y cómo revertir la situación?
Es cierto que se oye y, por desgracia, en algunas ocasiones es cierto, aunque cada vez menos.Hacer esto por greenwashing tiene muy poco recorrido y, además, no se consiguen los retornos potenciales de la RSE. Es decir, es difícil generar legitimidad social, credibilidad o confianza si lo que dices que haces está muy alejado de lo que realmente haces.
En relación con este asunto, no nos queda otra que comprometernos con destapar aquellas empresas que hacen este tipo de cosas. Esto siempre se suele pedir a los consumidores, que “castiguen” a aquellas empresas que hacen greenwashing, pero también las empresas tenemos un papel que jugar señalando a aquellas empresas que llevan a cabo este tipo de prácticas.
Es cierto también que todos los avances que se han producido hoy en día desde el punto de vista de la medición, evaluación y seguimiento de estas cuestiones hace que cada vez sea más difícil hacer greenwashing.
Nosotros aplicamos en este tema lo mismo que se dice en redes sociales. Si alguien publica algo sin un solo dato, sin citar las fuentes, etc., a priori somos escépticos.
Cómo estáis fomentando en tu organización la comunicación y el diálogo con los grupos de interés, cómo lo lleváis a cabo y cuáles son las principales buenas prácticas qué destacarías?
Esta parte es realmente complicada. Somos conscientes que el diálogo con los stakeholders para conocer sus expectativas es fundamental, pero no siempre es fácil.
Recuerdo hace un tiempo en un taller con otros empresarios que debatíamos sobre si la integración de la RSE era más una cuestión de oferta, empresas que la integran para mostrar una diferenciación o ventaja competitiva, que de demanda, presión de los grupos de interés.
Es cierto que la presión de los grupos de interés es cada vez más relevante, pero todavía creo que está todavía en el campo de la oferta. Esto significa que cuando intentas llevar a cabo diálogos reales con los grupos de interés, en ocasiones, encuentras respuestas que, en cierto modo, te decepcionan un poco.
A pesar de esto, nosotros seguimos apostando por llevar a cabo estos diálogos, pues entendemos que son fundamentales.
En este punto, en Felidarity tenemos una cierta ventaja, pues llevamos a cabo muchos procesos de diálogo con grupos de interés para nuestros clientes, así que tenemos una visión algo más amplia de cuáles son las expectativas que hoy en día tienen clientes, trabajadores, proveedores, accionistas y la sociedad en su conjunto.
Finalmente, ¿cuáles son, en su opinión, los retos y desafíos de la RSE en nuestro país?
Desde mi punto de vista, uno de los retos más importantes lo he mencionado antes: entender que la propuesta de la RSE y de la ética empresarial supone un nuevo modelo de gestión empresarial y un nuevo modelo de empresa.
Además de esta cuestión, otro de los retos en el que estamos trabajando desde Felidarity es cómo integrar y vincular todas estas cuestiones en el posicionamiento y desarrollo de las marcas. Es decir, que cualquier stakeholder vea una marca y sea capaz de reconocer en ella aspectos éticos y de responsabilidad social, de la misma forma que todos vemos, por ejemplo, la marca Apple y la vinculamos con diseño.
¿Y los retos de su organización? ¿Cómo los piensan llevar a cabo?
Aunque hay que ser un poco prudente, creo que a las empresas que estamos convencidas y trabajando estas cuestiones tenemos por delante el reto de convertirnos en eso que hoy en día se llama empresas activistas. Es decir, tenemos que dar un paso al frente y hacer todavía más público nuestro compromiso con la ética y la sostenibilidad.
Por otro lado, en Felidarity siempre hemos tenido una filosofía de desarrollar la integración de la RSE y la ética desde una visión de producto. Esto es complicado, pero seguimos trabajando en el desarrollo de productos que la empresa entienda y que incorpore de una forma similar a como se integran otros aspectos en las organizaciones.