Ferrovial y Sharpball han colaborado en la creación de la novela gráfica El Salado, que cuenta la recuperación de este municipio colombiano, situado en la región colombiana de Santander, tras la matanza que sufrió en 2000.
Ferrovial, dentro de su programa de Infraestructuras Sociales, realizó un ambicioso proyecto para mejorar el acceso al agua potable de sus habitantes. Sharpball, fundada por los hermanos Miguel y José Luis Jiménez, desarrolla contenidos transmedia inspirados en la idiosincrasia cultural colombiana.
El asesinato de cerca de 70 personas a manos de paramilitares en febrero del año 2000 en El Salado conllevó el desplazamiento de todo el pueblo a otras regiones del país. Años más tarde, muchos de ellos regresaron para recuperar su pueblo y su modo de vida, así como para las reconstruir infraestructuras en esa localidad.
“En El Salado no solo hemos reconstruido las infraestructuras de agua, basado en paneles solares, sino promovido la movilización de la comunidad en favor del cuidado y acceso al agua. Este cómic es una forma artística de contribuir a este fin. Estamos muy satisfechos de esta colaboración y del impacto que el proyecto tiene en la recuperación de la convivencia en Colombia. El Salado es un símbolo en Colombia y nosotros estamos muy reconocidos por haber participado en su recuperación”, señala Juan Francisco Polo, director de Comunicación y RSC de Ferrovial.
Folklor colombiano para hacer entender la tragedia de El Salado
“Los saladeros vivían en un paraíso terrenal, rodeados por la bendición de la naturaleza y el cuidado de los Encantos, hasta el día que fueron desplazados por la llegada de un violento y temeroso invasor, el horripilante Zaperoco. Años después, en medio de una agresiva sequía, Francisco y Matilde regresan con su familia y el resto del pueblo para hacerle frente a sus mayores temores y, con una ayuda inesperada, traer de nuevo la armonía a El Salado”.
Con esta sinopsis, Miguel y José Luis Jiménez introducen su historia. Basada en el realismo mágico, resalta la importancia del trabajo en grupo, de hacer comunidad y de innovar para avanzar y buscar soluciones que permitan que territorios como la localidad del El Salado, una de las más pobres de Colombia, prosperen.