La comunicación corporativa es un elemento especialmente sensible y crítico a la hora de gestionar la diversidad e inclusión en el ámbito empresarial. En los últimos tiempos se han producido polémicas y daño reputacional en múltiples empresas por malas praxis en su comunicación, marketing o publicidad. Asimismo, el nivel de influencia social de las marcas, exige especial responsabilidad de los departamentos de comunicación para transformar, educar y construir una sociedad más inclusiva a través de su actividad diaria.
Caer en un prejuicio o estereotipo, utilizar lenguaje ofensivo, sexista o discriminatorio, no mostrar sensibilidad o actuar con desconocimiento o indiferencia, nos puede pasar factura. Por ello, trasladamos algunos consejos para los responsables de diseñar e implementar las estrategias de comunicación en la empresa:
Actualmente las políticas de diversidad e inclusión son realmente programas de no discriminación e inclusión sociolaboral. En la identidad de D&I se deben contemplar 4 pilares fundamentales de actuación: (1) Talento corporativo e Innovación; (2) Comunicación y relación con los grupos de interés de la empresa; (3) Prejuicios, no discriminación e igualdad de oportunidades y (4) Inclusión sociolaboral.
Una identidad sólida debe conducir a una cultura corporativa sólida. Para conseguirlo será necesario integrar el discurso de diversidad en la compañía a través de un plan de comunicación diseñado bajo dicha identidad.
La comunicación es un factor de riesgo con alta exposición de la marca. Por ello, es crítico contar con un equipo de comunicación y marketing consciente del riesgo, que trate con sensibilidad y empatía las diferentes realidades sociales y que esté formado en la visión de diversidad e inclusión de la empresa.
Es importante formar a nuestros líderes para conseguir que un empleado, un cliente, un partner,… sienta un alto nivel de pertenencia o identidad respecto a la marca, y por otro lado, un alto nivel de personalización en la relación con la misma.
El lenguaje es posiblemente el aspecto más controvertido y en el que todavía no existe consenso entre el ámbito social y el académico en muchos aspectos. El lenguaje sexista y la utilización de términos discriminatorios superados como consecuencia de la evolución cultural y social, son los aspectos que más dudas generan en los departamentos de comunicación, generalmente por desconocimiento.
Nuestra recomendación en este aspecto consiste en una fórmula que persigue el equilibrio: (1) basarnos como norma oficial en la RAE aplicando sus principios lingüísticos como base de una correcta comunicación, (2) favorecer la universalidad del mensaje mediante comunicación simple y clara, sin sesgos ni prejuicios, y, por último, aunque posiblemente lo más importante en este caso, (3) detectar aquellas cuestiones que precisen una mayor sensibilidad lingüística y aplicar excepciones, es decir, utilizar el lenguaje para sensibilizar en cuestiones concretas.
Los departamentos de comunicación tenemos que conocer a nuestros públicos y sus necesidades de comunicación, adaptando los canales y los mensajes para asegurar la universalidad de la comunicación: empleo de idiomas lo más universales posibles según el público objetivo, la accesibilidad tecnológica, física y cognitiva de los canales de comunicación, los espacios físicos en los que se lleva a cabo y la simplicidad en la redacción de la información…
Asimismo, tenemos que asegurar la imparcialidad en temas ideológicos, políticos, religiosos… que puedan excluir o discriminar.
Los prejuicios y estereotipos estigmatizan, segregan y excluyen a personas o grupos de personas. Es importante identificarlos y saber cuándo y de qué manera utilizarlos ya que un mal uso puede fortalecer o perpetuar una la discriminación. Es habitual utilizar los estereotipos en publicidad, pero es importante emplearlos de manera inteligente y creativa sin faltar al respeto, herir sensibilidades ni reforzar la discriminación.
Es fundamental tener estructuras empresariales flexibles, capaces de mantener una escucha activa y que sepan adaptarse a un contexto en cambio continuo. La empresa debe saber interpretar el contexto social sin rigidez, sin dejarse llevar por convencionalismos, con respeto a la diferencia y anteponiendo siempre la dignidad de las personas. Mantener la mente abierta es especialmente importante para el departamento de comunicación ya que da voz a una marca y construye su personalidad e identidad.
Estos siete puntos son los más destacados, una pequeña guía para fortalecer el compromiso social de nuestra empresa mediante una comunicación responsable.
*Artículo publicado en el Monográfico de Comunicación Responsable de Corresponsables.